PREGONERO-ESTADO
TACHIRA
Pregonero
es la capital del municipio Uribante del Estado Táchira en Venezuela, condición
que ostenta desde la creación del Distrito Uribante por parte de la Asamblea
Legislativa del Gran Estado de Los Andes, con sede en Mérida, en 1890. En 1893
se nombraron las primeras autoridades.
LEYENDAS DE VENEZUELA
EL NIÑIO DE LA REPRESA
Amanecía
y Roberto contemplaba los árboles y matorrales que lucían brillantes y con
destellos amarillentos, las cascadas, quebradas y la exuberante vegetación
poblada por numerosos pájaros que daban la bienvenida al nuevo día. Roberto
sonrió y pensó:
“Todos
los Lunes se me ocurre lo mismo, me detengo a contemplar el paisaje. Espero
tener una buena semana”.
Pasó
La Fundación y ya en las afueras vio a la derecha de la carretera a un niño de
unos siete años; vestía alpargatas negras, pantalón de drill y un suéter gris.
El
niño le hacía señas para que se detuviera. Él se orilló y preguntó:
-
¡Buenos días, muchacho! ¿Deseas algo?
–
¡Buenos días, señor! ¿Me puede llevar hasta la Represa?
-
Sube.
El
niño se instaló en el asiento delantero de la camioneta. Roberto lo detalló:
tez blanca y mejillas sonrosadas, ojos melados y cabello castaño. Le preguntó:
-
¿Cómo te llamas?
–
Benjamín, para servirle.
Roberto
admiró la educación del niño y comentó, dándole la mano:
-
Roberto.
–
Mucho gusto, señor Roberto. Estamos llegando a La represa. Me quedo después de
esa curva delante del potrero.
El
niño le dio las gracias y se bajó. Cuando Roberto miró hacia él, Benjamín había
desaparecido.
Días
después, Roberto, antes de regresar a su casa el fin de semana, tuvo que hacer
unas diligencias en Pregonero, y al regreso, un poco antes de La Represa vio a
Benjamín que le hacía señas para que se parara. Él le sonrió y detuvo el
vehículo, después de los saludos preguntó:
-
¿Para dónde vas?
–
Para mi casa, vivo en La Fundación.
Hablaron
todo el camino y Roberto sonreía con las ocurrencias del niño. Un poco antes de
llegar al pueblo, Benjamín le dijo:
–
Me quedo por aquí. Muchas gracias, señor Roberto. Dios le pague.
El
niño salió corriendo y desapareció detrás de una pequeña casa.
Pasó
el tiempo y Roberto no volvió a ver a Benjamín. Una tarde, después del trabajo,
conversaba con unos amigos y al comentar lo del encuentro con el niño y ver la
cara de sus amigos, preguntó:
-
¿Lo conocen? ¿Pasa algo extraño?
-
Sí, Roberto. Benjamín fue atropellado por un automóvil, cerca de donde tú lo
dejaste la primera vez.
Siempre
se esfuma; otras veces ocurre a la salida de Pregonero o viniendo de La Represa
y cerca de La Fundación se vuelve a perder.
En
vida, siempre estaba así, de un lado para otro, pidiendo que lo llevaran.
Después de muerto continúa paseando.
Lo
llaman El Niño de La Represa.
VENEZUELA EL MEJOR PAIS
DEL MUNDO
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Si conoces el pueblo,
cuentanos ¿Cómo fue tu experiencia en ese paraíso terrenal.
José
Alfonso Morales Rosales