Necesitamos
de la espiritualidad como; de la misma manera que requerimos del oxígeno, el
agua, y del pan. (Sin ellos perderíamos las fuerzas y moriríamos). En nuestra
actualidad necesitamos hombres que se encaminen hacia el desierto del interior
del alma, hombres capaces de existir en la ausencia del Dios presente, o en la
presencia del Dios ausente y de soportar la noche oscura del alma (San Juan de
la Cruz). Para ello es necesario liberarnos del miedo y reconciliarnos con
nosotros mismos.
Necesitamos
de la espiritualidad como; de la misma manera que requerimos del oxígeno, el
agua, y del pan. (Sin ellos perderíamos las fuerzas y moriríamos). En nuestra
actualidad necesitamos hombres que se encaminen hacia el desierto del interior
del alma, hombres capaces de existir en la ausencia del Dios presente, o en la
presencia del Dios ausente y de soportar la noche oscura del alma (San Juan de
la Cruz). Para ello es necesario liberarnos del miedo y reconciliarnos con
nosotros mismos.
En
muchas ocasiones caemos en el error de ver la espiritualidad como un conjunto
de creencias, o una serie de ritos, o un sistema de normas morales. ¿Qué
equivocados estamos? Porque la espiritualidad no reside en esto, reside
verdaderamente en vivir a lado de Dios, siendo fieles a la inspiración del
Espíritu Santo.
Es lamentable, observar que en nuestro
tiempo moderno, lo espiritual se rechaza, se tilda de malo, de vacío, de
innecesario para la vida del ser humano que se encamina cada vez más en el afán
por lo económico, científico, dejando a un lado al Creador de todo.
Es
por ello que necesitamos también de lo espiritual, como necesitamos humanamente
del agua, del oxígeno, de los alimentos para vivir; de igual forma necesitamos
de lo espiritual. Debemos hacer conciencia de la importancia de la vida en el
Espíritu, para que nuestra experiencia humana sea totalmente clara y eficiente.
Para
lograr esto debemos liberarnos de nuestros miedos y reconciliarnos con nosotros
mismos, el miedo es un mal que ciega nuestra vida y nos hace mucho daño porque
nos paraliza. Por ello, es conveniente revisarnos internamente y afrontar
nuestros miedos para vivir en plenitud.
El
hombre que se disciplina en lo espiritual está lleno de Dios, pueden venir
muchas tempestades en su vida, pero este con la ayuda de Dios podrá vencer y
seguir adelante; porque con la fuerza y asistencia del Espíritu Santo, podemos
superar cualquier situación. Por eso una vida sin espiritualidad no es vida. REFLEXIONA...
José Alfonso Morales Rosales
04161161673
eudesjosea@gmail.com
