Santo
Niño de la Cuchilla (zea, merida-venezuela): del misterio ha nacido una gran
devoción
El
Santo Niño de la Cuchilla constituye una gran devoción tanto nacional como
internacional. El Concilio Plenario de Venezuela, en el numeral 31 de su documento conciliar Nº 10 (La celebración de los misterios de la fe),
resalta como uno de los cultos más insignes de Venezuela, el que se le da al
Santo Niño de la Cuchilla en Zea. La importancia de la mencionada devoción, podría
entenderse desde lo profundo de la religiosidad popular, la cual parte de los
milagros y testimonios transmitidos a lo largo de la historia de nuestros
pueblos los cuales se han apropiado de la devoción al Santo Niño.
La
devoción al Santo Niño de la Cuchilla gira en torno a una diminuta estatua en
alabastro de nueve centímetros de ancho por cuatro de alto y tres de fondo; de
dicha estatua han nacido variadas leyendas y relatos no verificables: desde la
milagrosa visita de ángeles con la imagen del infante hasta la aparición del
niño en una carretera en medio del llanto, la aparición en un ranchito, sin
olvidar su arribo a Bailadores llevado por algunas religiosas, o el haber sido
un donativo de un jefe militar patriota. Acercándonos un poco a la historia de
esta tradición nos encontramos con una carencia documental, la cual impide un
acertado conocimiento de la misma. La serena verdad e importancia, más que su
origen, es que El Niño de la Cuchilla no está para fomentar divisiones, sino
para fortalecer un sentimiento de unidad y acercamiento a Dios.
santuario del niño de la cuchilla zea-venezuela |
El
31 de diciembre de cada año, el Santo Niño de la Cuchilla es llevado hasta el
poblado principal de Zea donde permanece hasta el 6 de enero, día de La Subida,
en el cual se realiza una procesión hasta la filosa cresta del cerro La
Cuchilla, junto a creyentes y peregrinos, lo cual constituye una muestra de fe
con más de 100 años de tradición y arraigo en los Andes venezolanos. Ha llegado
a congregar hasta 25.000 peregrinos que pagan promesas, hacen peticiones y
veneran la imagen del pequeño Jesús. Participar de esta festividad, dispone un
acercamiento a la presencia de Dios que se puede palpar en el regocijo y en la
fe de todos. De ahí la importancia de valorar el sentido de pertenencia que todos
muestran no sólo el 6 de enero sino a lo largo de todo el año.
Es
por eso que hoy más que nunca es necesario dejarnos envolver por la
inconfundible alegría que brota de este santuario, pues en medio de la
desesperación que puede llegar a sentirse en momentos difíciles, debemos
recordar la imagen del niño Jesús, ya que teniendo presente la debilidad con la
que Él quiso venir al mundo, podemos entender que estamos en las manos de Dios
y que solo Él sostiene nuestra vida.
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Cristhian
Márquez
CORREO: cristhianm_12@hotmail.com
Referencia
Bibliográfica:
-Pollak-Eltz
Angelina, La religiosidad popular en Venezuela, un estudio fenomenológico de la
religiosidad en Venezuela, San Pablo, Caracas, 1994.
-Discursos
pronunciados en sesiones especiales en alcaldía y cámara municipal 1994-2004,
Zea momentos de palabra, Producciones Carol CA, Mérida-Venezuela, 2005.
-Guerra Z.
Nilson. (2003). Historia y tradición de El Niño de la Cuchilla. Centro Editorial
Litorama, C. A.
-Concilio
Plenario de Venezuela, documento conciliar Nº 10 (La celebración de los
misterios de la fe), Numeral 31.
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